CRÍTICAS de ESTRENOS: MISÁNTROPO

"... entre aciertos y medios aciertos, Misántropo es un consecuente thriller que cumple lo suficiente para dejarse llevar y atrapar por él"

Escrito por: Luis Varela

Título Original: To Catch a Killer

Duración: 119 minutos

Dirección: Damián Szifrón

Guion: Damián Szifrón, Jonathan Wakeham

Reparto: Shailene Woodley, Ben Mendelsohn, Jovan Adepo, Ralph Ineson, Dusan Dukic, Mark Camacho, Richard Zeman, Nick Walker, Sean Tucker

Fotografía: Javier Juliá

Música: Carter Burwell

Género: Thriller policíaco

Distribuidora: Vértigo Films

Fecha de Estreno en Cines: 2 de Febrero 2024

SINOPSIS

Una moderna Clarice Starling, Eleanor (Shailene Woodley) es una joven investigadora de la policía que lucha contra los demonios de su pasado cuando es reclutada por el investigador jefe del FBI (Ben Mendelsohn) para ayudar a perfilar y rastrear el trabajo de un individuo perturbado. A medida que la policía y el FBI inician una persecución por todo el país, se ven frustrados a cada paso por el comportamiento sin precedentes del individuo. Dada su torturada psique, Eleanor puede ser la única persona capaz de comprender la mente de su agresor y llevarlo ante la justicia.

OPINION

PEONES

Escrito por: Luis Varela

En línea, uno al lado del otro, iguales al resto. Un campo travieso al frente donde, a la lejanía, una misma línea de iguales, distintos a éstos, pero no mucho, aguardan. Solo pueden avanzar. Nunca retroceder, mucho menos ir a los lados. Como caballos de carreras, siempre hacia delante. Uno de ellos no desea moverse. Prefiere quedarse allí, esperando que el destino lo encuentre a él mas sus pies empiezan a moverse contra voluntad. Avanza sin parar. No entiende el porqué, pero no es de su competencia. Así queda, irremediablemente, frente a la línea de otros los iguales. Ellos lo miran, él los mira a ellos. Todos comparten la misma confusión. Uno de los otros, más bien dos, parecen inquietos. Y, al igual que el primero de la línea primera, muestran su desconcierto. Finalmente, uno de los dos inquietos de la otra línea se abalanza sobre el único de la línea primera que fue hasta ellos. El primero desaparece, el atacante prevalece. Y lo demás continúa, como si nada hubiese pasado, sin saber cómo ha pasado.

Misántropo es la más reciente película del director argentino Damián Szifrón (Los Simuladores, Relatos Salvajes), donde una policía municipal con dotes extraordinarios (Shailene Woodley) es reclutada por un agente especial del FBI (Ben Mendelsohn) para atrapar al homicida causante de la muerte de 29 personas en la noche de año nuevo en Baltimore.

Entre el miedo ante el mal sin rostro y la lucha de poder interno institucional, Misántropo propone un thriller policial acompasado y milimétrico donde sus protagonistas son parte de un juego del cual no son más que piezas necesarias y prescindibles para que una estas dos fuerzas se posicionen como la vencedora.

Szifrón, buscando la impronta como baluarte y sello de la película, construye un relato donde la incertidumbre es constante, el desasosiego predomina y la esperanza para esclarecer de la situación parece sepultada bajo la nieve donde transcurre la historia. Pese a ello, el ritmo mesurado del metraje puede hacer de estos elementos densos y contraproducentes para sí misma, causando un letargo del cual buscase salir ya a últimas de cambio.

No obstante, Misántropo no deja de ser una pieza estimulante y precisa. Tanto a nivel temático como en su apartado técnico, explorando territorios de un género harto conocido y tratado, permitiéndose, y escudriñando, las variables posibles. Szifrón, en esta primera incursión en el mercado norteamericano, plantea así una carta de presentación convincente pese que la vara de mediación esté un poco más alta de lo alcanzado en esta oportunidad.

Entre aciertos y medios aciertos, Misántropo es un consecuente thriller que cumple lo suficiente para dejarse llevar y atrapar por él, aun cuando este pareciera, en momentos, querer arrastrarnos consigo. Cual peones en una partida de ajedrez, listos para ser sacrificados por el bien mayor, aunque este no quede del todo claro o bien si llegase a resultar favorecedor.