DECODE lanza KAMIKAZE: Un viaje emocional al borde del colapso y la libertad
DECODE se lanza "sin red": KAMIKAZE, el álbum donde bailar sobre las ruinas
¡Amigos del Rincón Friki! Por fin está aquí. Los madrileños DECODE acaban de liberar su esperado segundo álbum, "KAMIKAZE", y si esperábamos un disco, nos han entregado un viaje emocional que es pura dinamita.
Producido por el siempre certero Edu Molina (Hermana Furia, SCR), en Garlic Records, y masterizado por Pedro Viñuela, "KAMIKAZE" no es solo un título; es la declaración de intenciones de quien decide lanzarse al vacío con el corazón por delante. Es la metáfora perfecta del todo: ir de cabeza, sin red, aun sabiendo que te puedes destruir, pero con la promesa de una posible liberación.
El sonido del álbum se mueve en ese punto exacto donde el rock alternativo más contundente se encuentra con un pop visceral. Es un grito contra la presión externa, una carta a los amores imposibles y, sobre todo, una declaración de independencia emocional.
A lo largo de sus diez canciones, DECODE traza un proceso de desgarro y reconstrucción que es dolorosamente reconocible.
Del ahogo al estallido: El mapa de un "Kamikaze"
La banda nos recibe con "El mundo sobre mí", un puñetazo que abre el disco con la sensación de colapso. Es el punto cero: la protagonista está al borde de romperse bajo el peso de las expectativas y la ansiedad. De ahí saltamos al centro neurálgico del caos: "Kamikaze", que da nombre al disco. Aquí el amor es adictivo y peligroso, una atracción tan irresistible que se siente como una caída libre: "Contigo es lanzarse sin la red".
El deseo se vuelve fuego en "Arde", donde el placer y la pérdida de control se confunden en la pasión más pura. Pero no todo es entrega. La rabia, la traición y la necesidad de reclamar el poder propio explotan con la fuerza del western emocional en "Forajido". Es la fase de pelear contra quien hiere.
El álbum no teme ser devastador. "Todo se apaga" es una elegía, una muerte simbólica, introspectiva y sincera que la propia banda define como "Es mi funeral". La lucidez ácida llega con "Es cruel", que disecciona la figura del amor tóxico, casi mitológico, con ironía y desengaño.
En el tramo final, la banda baja la guardia. "Figuras de papel" profundiza en las heridas de la infancia y los huecos emocionales, siendo una de las letras más personales del conjunto. El daño lleva a la defensa en "Mi muralla", la contradicción entre el deseo de ser amada y el terror a dejar entrar a nadie: "No hay dios que pueda entrar en mi alma".
Pero la historia de KAMIKAZE no termina en el silencio ni el miedo. Tras la confesión íntima de "No puedes saber" —la vulnerabilidad oculta tras el antifaz—, llega el cierre catártico. "Hasta que amanezca" es la liberación feroz, el renacer. La noche se convierte en resistencia, un grito que nos invita a bailar sobre nuestras propias ruinas. El disco termina en movimiento, no en la rendición.
En definitiva, KAMIKAZE es la historia de alguien que cae mil veces, pero que siempre elige levantarse, aunque sea con las manos ardiendo.
Si quieres vivir este colapso y renacer en directo, aquí tienes la primera cita ineludible
Próximo concierto: Madrid- Sala El Perro- Viernes 21 noviembre - 21.30h



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