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CRÍTICAS de ESTRENOS: THE LAST SHOWGIRL

CRÍTICAS de ESTRENOS: THE LAST SHOWGIRL

"una película delicada y esperanzadora que brilla por su estilo visual y el gran regreso de Pamela Anderson, pero su guion peca de sobre explicar y resta sutileza a la trama"

Escrito por: Andrés García

Titulo original: The last showgirl

Duración: 86 minutos

Dirección: Gia Coppola

Guion: Kate Gersten

Reparto: Pamela Anderson, Kiernan Shipka, Brenda Song, Jamie Lee Curtis, Dave Bautista, Jason Schwartzman, Billie Lourd, John Clofine, Jesse Phillips, David Avne, Sean Patrick Bryan, Patrick Hilgart

Fotografía: Autumn Durald

Música: Andrew Wyatt

Género: Drama

Distribuidora en Cines: Vértigo Films

Fecha de Estreno en Cines: 20 de junio 2025

SINOPSIS

Una experimentada bailarina (Pamela Anderson) debe planificar su futuro cuando su espectáculo cierra abruptamente tras una carrera de 30 años. Como bailarina de cincuenta años, se debate por saber qué hacer a continuación. Como madre, se esfuerza por reparar una tensa relación con su hija, que a menudo pasaba a un segundo plano en su vida.

OPINIÓN

Escrito por: Andrés García

Gia Coppola, nepo-baby suprema de Hollywood (nieta de Francis Ford Coppola y sobrina de Sofia Coppola), solidifica su estilo y crece como directora en su tercer largometraje: The Last Showgirl. Una cinta filmada de manera muy delicada y con una visión muy esperanzadora. Sin duda, el haber rodado con una Kodak de 16mm le otorga una textura y unos colores saturados que llena de personalidad cada fotograma. La brillante labor de Autumn Durald tras la cámara atenúa algunos de los puntos débiles del film.

The Last Showgirl es una cinta que, a pesar de contar con grandes virtudes, tales como su fotografía, ambientación o elenco, también cuenta con una gran debilidad, su guion. Lejos de ser un guion fallido, propone una narrativa interesante y pone en escena una historia con verdadero valor. No es común en el cine ver a una mujer en sus cincuentas a la deriva con su propia vida, teniendo que redirigir todos los aspectos de esta de manera repentina para poder sobrevivir. Aun así, el guion de The Last Showgirl sobre explica demasiado. En la mayoría de los casos, es preferible dar al espectador el espacio necesario para reflexionar y atar cabos por sí mismo, en lugar de subrayar constantemente a través del diálogo. El público es lo suficientemente inteligente como para comprender el proceso que atraviesa la protagonista, especialmente en lo referente a la relación madre e hija. Si se le hubiera sugerido con sutileza, en lugar de explicarlo todo de forma explícita, habría ganado puntos, en lugar de perderlos.

Durante la última temporada de premios, se generó una gran conversación alrededor del regreso estelar de Pamela Anderson a la actuación y, no era para menos. El icono de los noventa brilla como nunca en esta cinta y, no solo por el llamativo vestuario de su personaje. Pamela logra transmitir numerosas emociones de una forma sutil y pasional. En especial, me sorprendió enormemente como maneja la voz y usa diferentes tonos según la emoción del momento. Pamela se convierte en Shelly, una leyenda del baile de espectáculo en Las Vegas que ve como su vida se desmorona delante de sus propios ojos de un momento a otro sin poder hacer nada para evitarlo, y como debe armarse de valor para continuar. Al igual que su personaje, Pamela Anderson brilla en esta película, reafirmándose como una gran actriz que ha sido subestimada por la industria durante décadas. Al igual que Pamela, el resto del elenco desempeña unos papeles espectaculares.

La cultura del trabajo en nuestra sociedad está tan presente que, nuestras profesiones acaban formando parte de nuestra identidad. Después de formar parte del mismo espectáculo durante tres décadas y haber antepuesto su carrera profesional a su familia, que Shelly deje de ser bailarina en el Razzle Dazzle es comparable con su muerte. Es decir, durante más de treinta años, ese espectáculo ha sido toda su vida, ser bailarina ha sido toda su personalidad, sus únicas relaciones interpersonales las ha formado en los camerinos, sin todo eso, ella no es nadie. Además, para una mujer de más de cincuenta años, es mucho más complejo acceder a un nuevo puesto de trabajo, especialmente en el sector artístico y, queda más que claro con la asombrosa escena del casting de Shelly.

Para cargar la trama con más dramatismo, Shelly quiere reconectar con su hija, de la que no se ha hecho cargo durante toda su vida. Si bien es una trama interesante y que podría haber llenado capas más complejas a la historia, la evidencia y la sobre explicación de la misma, la degradan a una trama predecible. En todas las películas, el espectador es manipulado por los realizadores para que sientan ciertas emociones, en ciertos momentos, pero el trabajo más importante de los realizadores es, hacer que esta manipulación sea invisible. En este caso, Gia Coppola como directora y Kate Gersten como guionista, fallan en esta tarea con la trama familiar, dejando ver al espectador todos los entresijos de la misma, quitándole la emoción que necesitaba.

A pesar de todo, The Last Showgirl es una emocionante y esperanzadora película que deja en claro, que somos más de lo que a nos dedicamos, que siempre podemos enmendar nuestros errores y aprender de ellos. Con un elenco que brilla, una ambientación que cautiva y una historia que conmociona, The Last Showgirl destaca que nunca es tarde para tomar las riendas de nuestras vidas.


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