Una Noche de Dragones, Hobbits y Épica: La Magia de "Anillos y Dragones" en un Candlelight en Málaga
Una noche de fantasía a la luz de las velas: así fue "Anillos y Dragones" en Málaga
La pasada noche del día 20 de junio de 2025, tuvimos la suerte de vivir una experiencia que todavía nos tiene soñando despiertos: el concierto Candlelight: Anillos y Dragones en el Salón Real del Gran Hotel Miramar de Málaga. No exageramos si decimos que fue como pasar un par de horas viajando de Invernalia a Rivendel, sin movernos de un asiento rodeado de velas. Si eres fan de Juego de Tronos, La Casa del Dragón o El Señor de los Anillos, créenos: esto fue un regalo para los oídos, la vista y la imaginación.
Un lugar digno de Poniente o de la Tierra Media
Ya el lugar imponía nada más entrar: techos altísimos, lámparas de cristal enormes y unos ventanales con vistas al Mediterráneo que, de noche, parecían una puerta a otro reino (eso si, en esta ocasión telón echado sobre los ventanales para generar ambiente). Con toda la sala iluminada solo por cientos de velas, la atmósfera era mágica de verdad: como sentarse en el salón de los elfos de Rivendel, pero con el ambiente conspirador de Desembarco del Rey.
Mientras buscábamos nuestros asientos, daba la sensación de estar entrando en uno de esos banquetes secretos de Poniente, donde se murmuran traiciones entre copas de vino… solo que aquí, en vez de espadas, había violines, violas y violonchelos esperando su momento.
El repertorio: dragones, reyes y hobbits en un mismo viaje
🠊 Juego de Tronos y La Casa del Dragón: tensión y fuego a flor de piel - El concierto empezó fuerte con el Tema principal de Juego de Tronos. Los primeros acordes nos pusieron la piel de gallina: era como ver el muro alzarse ante nosotros mientras las casas de Poniente giraban en la intro. A partir de ahí, con Winter Is Coming, el ambiente se volvió más frío y solemne; casi se podía imaginar la bruma cubriendo Invernalia y un lobo huargo apareciendo entre las velas.
Después llegó el fuego con Reign of the Targaryens y Fire & Blood. De verdad: si nos dicen que detrás de los músicos había un dragón a punto de rugir, nos lo creemos. La luz de las velas parpadeaba y, junto con los reflejos de las lámparas, daba la sensación de estar rodeado de escamas brillantes. Fue un momento de pura potencia, como si Daenerys estuviera reclamando el Trono de Hierro ahí mismo.
🠊 El Señor de los Anillos: de la paz de la Comarca al peligro de Isengard - Cuando llegó el turno de The Shire, el ambiente cambió por completo. Después de tanta intriga y fuego, fue como tomar una taza de té en la casa de Bilbo: todo era ternura y nostalgia. La música flotaba suave, mientras cerrábamos los ojos y se imaginaban colinas verdes más allá del mar a través de los ventanales.
Rivendelll y The Grace of Undomiel fueron pura belleza. Cerramos nuevamente los ojos por un momento y era como estar bajo los árboles élficos, escuchando historias antiguas. En cambio, con The Caverns Of Isengard y Saruman The White, volvimos a la oscuridad: las sombras se alargaban en las esquinas y cada nota parecía un hechizo que retumbaba en las paredes del Salón Real. Por un segundo, olvidamos estar en Málaga y no en la torre de Orthanc vigilando a los orcos.
Entre medias, temas como Gollum o The Rains Of Castamere recordaron que en estos mundos siempre hay traición al acecho. La forma en que los músicos interpretaron esos pasajes, con detalles casi susurrados, hizo que sintiera a Gollum respirando a mis espaldas o a los Lannister tramando algo desde las sombras.
El Cuarteto Melissando: delicadeza, pasión y mucha complicidad
Si este viaje musical fue tan especial, fue por ellos: el Cuarteto Melissando. Quien haya ido a otros Candlelight en Málaga seguro que ya les conoce, porque son habituales en tributos a ABBA, Queen, The Beatles o Morricone. Demostraron que, cuando se trata de transportar a la gente a reinos llenos de espadas, dragones y anillos, no tienen rival.
Lo mejor de Melissando es cómo se entienden entre ellos y con el público: no solo tocan, sino que cuentan la historia con cada arco, cada mirada y cada silencio. Se notaba la pasión y el respeto por cada pieza. En temas intensos como Fire & Blood sacaron toda la garra Targaryen, y en otros más delicados, como The Shire o Rivendelll, se convirtieron en guías que nos hicieron sentir la calma de los prados hobbits o la nobleza élfica.
Lo mejor: la fusión de mundos y la magia de las velas
Si algo tuvo esta noche fue la sensación de estar dentro de un cuento. El Salón Real se convirtió, según la pieza, en una fortaleza de Poniente o en un salón élfico de la Tierra Media. Las velas jugaban su parte: parecían dar el calor hogareño, otras convertían la sala en un lugar misterioso. Y siempre sumaban a la emoción de cada melodía.
El público - cómplice, respetuoso y muy entregado - se metió de lleno en el ambiente. Hubo miradas de complicidad cuando sonaban temas archiconocidos, y silencios tan profundos que se escuchaba la respiración contenida de los asistentes. Fue de esos conciertos que se disfrutan con todos los sentidos.
Con ganas de más
Cuando se apagó la última nota y las velas aún seguían parpadeando, nos quedamos sentados un momento, dejándonos invadir por esa mezcla de emoción y calma que solo deja la buena música. Salimos del Salón Real del Gran Hotel Miramar sintiéndonos un poco hobbit, un poco Targaryen y un poco Stark, con la cabeza llena de dragones, anillos y conspiraciones.
"Anillos y Dragones" fue justo eso: un pasaje secreto a través de la música para visitar reinos que creíamos solo posibles en libros o series. Málaga, velas, cuerdas y cuatro músicos que se dejaron la piel para que saliéramos soñando.
Si alguna vez repiten, no lo dudes: busca tu entrada, deja el móvil en silencio y prepárate para dejarte hechizar. Porque la noche del pasado día 20 de Junio, gracias a Melissando y a la magia de Candlelight, descubrimos que la fantasía, a veces, se toca y se escucha muy, muy de cerca.
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