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CRÍTICAS de ESTRENOS: A DIFFERENT MAN

CRÍTICAS de ESTRENOS: A DIFFERENT MAN

"historia de un actor que intenta cambiar su vida a través de una cirugía que nos hace reflexionar que aunque busquemos cambios y transformaciones, nuestra esencia inmutable siempre nos define"

Escrito por: Luis Varela

Título Original: A Different Man

Duración: 112 minutos

Dirección: Aaron Schimberg

Guion: Aaron Schimberg

Reparto: Sebastian Stan, Renate Reinsve, Adam Pearson, Lawrence Arancio, Neal Davidson, Christopher Spurrier, Owen Kline, Marc Geller, Billy Griffith, Eleanore Pienta, John Keating, Juney Smith, Trenton Hudson, Miles G. Jackson, Sergio Delavicci, Patrick Wang, Jed Rapfogel, James Foster Jr., JJ McGlone, John Klacsmann, Cosmo Bjorkenheim, C. Mason Wells, Corey R. Taylor, Danielle Burgos, Sammy Mena, Jon Dieringer, Malachi Weir, David Joseph Regelmann

Fotografía: Wyatt Garfield

Música: Umberto Smerilli

Género: Thriller / Comedia

Distribuidora en Cines: Vértigo Films

Fecha de Estreno en Cines: 31 de Enero de 2025

SINOPSIS

Edward, un aspirante a actor sin éxito profesional ni amoroso, se somete a una drástica operación para cambiar radicalmente su aspecto. Pero su nueva cara de ensueño se convierte rápidamente en una pesadilla... El nuevo Edward es, a simple vista, un triunfador, pero el reencuentro con un antiguo amor platónico y la aparición de un misterioso desconocido comienzan a resquebrajar esa fachada.

OPINIÓN

Mismo yo

Escrito por: Luis Varela

Este eres tú, guste o no. A veces con sus aciertos, también con sus infortunios. Sus claros y sus grises, virtudes y defectos. Lo bueno, lo malo y todo lo demás. Cuesta, claro que cuesta, pero es lo que somos. Ese es el hecho.

No es un canto a la conformidad o subliminar el potencial que podemos llegar a tener, ni mucho menos. Es saber que uno, la esencia que nos caracteriza, esa semilla que nos hace singulares jamás cambiará. Se transforma, modifica o varía, pero no desaparece por completo. La posibilidad de su ausencia plena, ante un intento de erradicación, puede conllevar a un escenario contraproducentemente para quién se atreva: el afianzamiento a ese núcleo irrebatible de quiénes somos.

A Different Man, dirigida por Aaron Schimberg, propone un ensayo atractivo, poderoso y contundente sobre el individuo y su individualidad. La película, protagonizada por Sebastian Stan, es una exploración profunda y compleja del deseo humano de transformación, y de la desconcertante línea entre la apariencia externa y la identidad interna. Por medio de un drama seudo trágico, que se hermana de manera natural con el horror y lo psicológico, la historia narra de manera prodigiosa el deseo de un aspirante actor a cambiar radicalmente su vida sometiéndose a una operación para alterar su aspecto. La elección de Schimberg de explorar temas tan universales a través de un lente tan perturbadora, con elementos de terror psicológico, invita a reflexionar sobre la lucha constante por encajar en una sociedad que valora lo superficial por encima de lo interno.

Si bien este cambio es físico, del cual también parte un discurso social sólido y bien argumentado, es la búsqueda de la transformación interna lo que verdaderamente mueve los hilos de la película. Aquí radica una de las mayores fortalezas de A Different Man: el conflicto entre lo que uno quiere ser y lo que realmente es, no solo ante los demás, sino también ante uno mismo. La interpretación de Stan, intensamente conmovedora y llena de matices, nos invita a sentir la angustia y desesperación de un hombre atrapado entre las expectativas sociales y la fragilidad de su propia identidad. Su actuación no solo encarna el deseo de escapar de un rostro que lo define, sino que también resalta las fallas inherentes al intento de crear una versión "idealizada" de sí mismo.

A medida que estas dos fuerzas cruzan irremediablemente sus caminos - los cambios externos e internos - la ilusión de una nueva vida se disuelve tan rápido como es fabricada. La viabilidad de tal aspiración se diluye con cada choque de realidad, siendo ésta eso que con tanto ímpetu se desea enterrar: nuestros miedos, inseguridades y temores. Regresan con mayor fuerza para recordarnos que también son parte de nosotros, una que han ejercido, y ejercerán, una importante a lo largo de nuestra vida. Es en este proceso de autoconocimiento y confrontación con nuestros demonios internos donde A Different Man encuentra su núcleo más perturbador y realista, un lugar donde la belleza de la transformación se mezcla con el sufrimiento de la aceptación. Es aquí donde la película brilla, no solo como un estudio de personajes, sino también como un comentario crítico sobre la obsesión por la perfección física en nuestra sociedad contemporánea.

Contrario a lo que se pueda pensar, este no es un discurso en contra del cambio o la oportunidad de mejora del individuo. Nada de eso. La película aboga y apela hacia esa columna vertebral, ese origen que es inmutable y que nos hace únicos ante el resto de los congéneres. Sin embargo, la narrativa de A Different Man se aleja de cualquier moralismo simplista. En lugar de condenar la idea de la transformación, presenta una reflexión filosófica más compleja: ¿es posible, realmente, escapar de uno mismo? La película no responde a esta pregunta de manera sencilla, sino que invita a los espectadores a enfrentarse a la paradoja de que, aunque podamos alterar nuestro exterior, el interior sigue siendo el mismo, con sus inseguridades y deseos reprimidos.

Esa parte que es nuestra y solo nuestra, resultando su pérdida el eclipse de la identidad que nos caracteriza. Schimberg no ofrece respuestas fáciles, pero logra mostrar, con una sensibilidad notable, que la lucha por la transformación y la aceptación de lo que somos puede ser, al mismo tiempo, un camino hacia la libertad y hacia la prisión. La película, tanto en su contenido como en su estilo visual inquietante, revela cómo, a veces, el mayor obstáculo para ser felices con nosotros mismos no es la falta de cambios externos, sino la incapacidad de abrazar nuestra humanidad en su forma más cruda y auténtica.


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