CRÍTICAS de ESTRENOS: LA TREGUA
CRÍTICAS de ESTRENOS: LA TREGUA
"una película emotiva que reflexiona sobre el peligro de las ideologías extremas y la importancia de la humanidad en tiempos de conflicto. Un relato que deja una huella profunda"
Escrito por: Noemí González Delgado
Título Original: La Tregua
Duración: 150 minutos
Dirección: Miguel Ángel Vivas
Guion: Fran Carballal, Ignasi Rubio, Miguel Ángel Vivas
Reparto: Arón Piper, Miguel Herrán, Javier Pereira, Fernando Valdivieso, Alejandro Jato, Federico Pérez, José Pastor, Manel Llunell, Sergey Ufimtzev, Dina Tasbulatova, Diego Montejo, Sara Robisco, Altynai Nogherbek, Farabi Akkozov, Daniel Horvath, Christian Stamm, Manuel Cordero, Vicente Vergara, César Adeva, Peter Nikolas, Vladimir Angelove, Algis Arlauskas, Isidoro Fernández, Jon Ariño, Denis Belorus, Polina Kiryanova
Fotografía: Rafa García
Género: Drama bélico
Distribuidora en Cines: Tripictures
Fecha de Estreno en Cines: 10 de Octubre de 2025
SINOPSIS
El film, basado en hechos reales, nos habla de Reyes y Salgado, dos militares que durante la guerra civil española lucharon en bandos contrarios pero que deberán compartir el sufrimiento y la esperanza en un gulag soviético durante la Segunda Guerra Mundial. Una convivencia que les obligará a unir fuerzas frente al frío, el hambre y el horror que habita entre las alambradas. Deberán desnudarse de sus ideologías para descubrir la persona que se oculta debajo de cada uniforme
OPINIÓN
Escrito por: Noemí González Delgado
La Tregua, dirigida por Miguel Ángel Vivas, se presenta como una obra desgarradora que nos lleva a un capítulo oscuro de la historia, con un enfoque que no busca solamente retratar el dolor y la tragedia, sino también explorar las profundas complejidades humanas que emergen en momentos de crisis. Conocido por su trabajo en películas como Desaparecidos y Secuestrados, Vivas imprime su sello en esta película con una narrativa sólida que fluye con naturalidad, atrapando al espectador en una historia de tensión constante que, a pesar de su pesadez, mantiene un ritmo eficaz durante casi dos horas y media.
Ambientada en 1941, la película se sitúa en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y se inspira en hechos reales. La trama comienza con el traslado de prisioneros republicanos españoles a un gulag soviético, un inicio impactante que sumerge al espectador en la brutalidad de la experiencia. Desde los primeros planos subjetivos, la cámara se acerca a las emociones y desesperación de los personajes, mientras los sonidos violentos y los gritos crean una atmósfera opresiva. La escenografía, vestuario y maquillaje están cuidadosamente diseñados para sumergirnos en esa época, y el tono de la película, a la vez duro y reflexivo, se establece rápidamente.
En cuanto a los personajes, la película introduce a un elenco que, más allá de las figuras principales, se siente como el verdadero motor narrativo. El Capitán Reyes, interpretado por Aron Piper, es el líder del grupo de prisioneros, pero su personaje, aunque correcto, resulta algo plano y difícil de conectar emocionalmente. Aquí es donde brillan los secundarios: Fernando Valdivielso, en el papel de Junqueras, ofrece una interpretación con mucha más carga emocional y expresividad, convirtiéndose en uno de los personajes más memorables. Además, la película no deja de sorprender con momentos de alivio a través de personajes como Hermida (Fernando Pérez Rey), cuyo carisma y ternura aportan un respiro en medio de tanta oscuridad, o Paredes (Manel Llunel), quien aligera el tono con un humor oscuro, aunque algo inoportuno.
Con el paso del metraje, la historia abre nuevos horizontes al incorporar a los prisioneros de la División Azul, prisioneros del bando fascista, quienes se convierten en un espejo que refleja las tensiones entre los bandos republicanos y fascistas. A través de ellos, la película explora la idea de la ideología como prisión, no solo física sino también emocional, alimentada por el odio y la desconfianza. Es en este escenario donde surge la “tregua”, un acuerdo entre los dos bandos, un acto que en su simplicidad refleja la lucha por la supervivencia más allá de las diferencias ideológicas.
En cuanto a los personajes del bando fascista, destaca el Teniente Salgado (Miguel Herrán), que, al igual que el Capitán Reyes, parece algo limitado en su desarrollo. La evolución de su personaje, aunque presente, no resulta completamente satisfactoria y la subtrama amorosa que le acompaña se siente algo forzada. A pesar de ello, el elenco secundario, con personajes como Pater (Javier Pereira), ayuda a darle profundidad a un guion que de otro modo sería demasiado monótono.
El aspecto visual de La Tregua es otro de sus puntos fuertes. Los planos, frecuentemente cortos y cargados de tensión, contribuyen a una atmósfera de angustia y caos. La paleta de colores fríos, oscuros y contrastados crea una sensación de desesperanza que se ve aliviada en momentos más tranquilos, donde la calidez de la luz y la suavidad de la imagen parecen sugerir algo de esperanza, aunque sea efímera. Los estímulos sonoros, a veces intensos, refuerzan la experiencia sensorial, sumergiendo al espectador en la brutalidad de los eventos, pero también en sus momentos más humanos y nostálgicos.
Lo que realmente destaca de la película es la crítica sutil pero poderosa a las ideologías extremas, que distorsionan nuestra humanidad y nos alejan de nuestros valores esenciales. Vivas logra transmitir este mensaje sin recurrir a diálogos demasiado explícitos, utilizando la narrativa visual y emocional para mostrar las consecuencias de los dogmas y la intolerancia. La Tregua no solo aborda los horrores de la guerra, sino que también invita a la reflexión sobre los peligros de perder nuestra capacidad de empatizar y conectarnos con el otro.
A lo largo de su desarrollo, la película también celebra los valores fundamentales, como la unidad, la importancia de nuestras raíces y los pequeños detalles que nos dan sentido en la vida. Este mensaje se convierte en una llamada al autoconocimiento y a la reflexión, invitando a la sociedad a no olvidar aquellos aspectos esenciales de nuestra humanidad, incluso en los momentos más oscuros. El desenlace de La Tregua es emotivo y profundo, dejando una huella que persiste mucho después de que los créditos hayan pasado.
En resumen, La Tregua es una película que no deja indiferente, que nos recuerda los horrores de la guerra, pero también los valores que nos hacen humanos. Con una dirección sólida, un elenco que brilla más por sus secundarios que por sus protagonistas y un mensaje claro y profundo, se presenta como una obra de reflexión en tiempos en los que las ideologías parecen más divisivas que nunca.





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