CRÍTICAS de ESTRENOS: DANIELA FOREVER
CRÍTICAS de ESTRENOS: DANIELA FOREVER
"una película que equilibra el drama con el entretenimiento, ofreciendo una experiencia visual estimulante y adictiva. Aunque su universo narrativo podría haberse explorado más a fondo y su final deja ciertas dudas sobre la lógica interna de la historia, Nacho Vigalondo logra una obra fresca, dinámica y emotiva, manteniendo siempre su fuerza dramática"
Escrito por: Luis Varela
Título Original: Daniela Forever
Duración: 118 minutos
Dirección: Nacho Vigalondo
Guion: Nacho Vigalondo
Reparto: Henry Golding, Beatrice Grannò, Aura Garrido, Rubén Ochandiano, Nathalie Poza, Frank Feys, Godeliv Van den Brandt, Pilar Bergés, Cindy Claes, Rocío Saiz
Fotografía: Jon D. Domínguez
Música: Hidrogenesse
Género: Romance de Ciencia Ficción
Distribuidora en Cines: Filmax
Fecha de Estreno en Cines: 21 de Febrero de 2025
SINOPSIS
La vida pierde todo sentido para Nicolas (Henry Golding) con la pérdida de su novia Daniela (Beatrice Grannò). Un día es invitado a formar parte de un ensayo clínico que le permitirá controlar sus sueños y accede con la esperanza de recuperarse. Ahora Nicolas puede soñar con Daniela cada noche y reanudar su relación, más idílica que nunca. Aunque sea en sueños. Y corriendo el riesgo de perderse en ellos para siempre.
OPINIÓN
Mi idea de ti
Escrito por: Luis Varela
Te veo, te oigo, te siento. Mis ojos se iluminan al verte. Mis manos tiemblan de emoción al estar contigo. Mi corazón se acelera con el roce de tu piel. Eres todo para mí tal y como eres… Más bien cómo te percibo. Ese ser que veo en ti. Esas palabras que quiero que digas. Esos gestos que deseo que hagas. Estoy enamora de esa versión de ti, esa que solo yo puedo ver. Esa persona, creada a partir de ti, lo es todo para mí.
Por medio del dolor de Nicolas (Henry Golding) transcurre el relato de Daniela Forever. La pérdida de su novia Daniela (Beatrice Grannò) causa un sufrimiento irreparable en un Nicolas, haciéndole vivir una vida gris y sin sentido, incluso pequeña y asfixiante, donde el duelo juega con la estabilidad de un hombre que, pese a no denotarlo, sigue afectado por la tragedia.
La posibilidad de volver con ella, gracias a un ensayo médico en un recinto privado, aunque su propósito sea la de sobrellevar el duelo por medio de los sueños, abre una puerta de esperanza a Nicolas. Reencontrase con su amada, estar juntos nuevamente y hacer una vida como pensaba en primera instancia. Solo en sus sueños, pero peor es no tenerla de ninguna forma.
Ahí comienza el quiebre. La realidad se torna sosa y los sueño el paraíso. Nicolas vive mientras duerme como nunca lo había hecho. Él y Daniela son felices en un mundo que Nicolas puede manejar a su antojo y necesidad. Lo que desee y lo que le plazca para ser felices, si bien la felicidad es suya únicamente.
El director Nacho Vigalondo (Cronocrímenes, Colosal) divide el relato en dos mundos: el real y el de ensueño. Ambos marcados con claridad en formato, colores y tanto puesta de cámara como de escena para trasmitir esa frialdad insípida y cuadriculada de la vida real de Nicolas con respecto a la libre, luminosa y variopinta vida de ellos dos en los sueños de su protagonista.
A su vez, con cada nueva ensoñación, nos aproximamos, por debajo de la mesa, a la mente de Nicolas. Los sueños dejan de tener, en su mayoría, su control consciente. Empiezan a manifestarse situaciones que el mismo Nicolás no comprende del todo, o más bien, porqué están sucediendo en su mundo ideal: una dócil Daniela empieza a tener pensamientos propios, una mujer llamada Teresa (Aura Garrido) aparece y empieza a conectar con Daniela, incluso Daniela sale de los escenarios de Nicolas. Mientras ese mundo soñado se tambalea, también lo hace Nicolas en la realidad. La obsesión por pasar más tiempo con amada fallecida hace que él separe los pies de la tierra, anhelando un mundo que no existe mientras el otro pasa factura, si bien esta no termina resultando demasiado cara o de importancia.
Las temáticas de la película cambian a medida que nos adentramos y comprendemos los deseos de Nicolas, pasando de la necesidad de dejar ir, reconciliarse consigo mismo hasta terminar con la idea de culpa. Una culpa que florece como la respuesta a todo en cuanto ocurre en el relato. La mente de Nicolas juega en su contra para sabotear, o bien recordar, el peso de su aflicción.
Suena como un drama demoledor y rudo, pero el director español juega con audacia para que esta sea una película llevadera, entretenida y hasta espectacular, sin que pierda en ningún instante esa fuerza dramática que posee. Aunque bien potencial del universo mostrado en pantalla pudieran sentirse quedarse a un paso de sus posibilidades, Vigalondo aun así expone un imaginario estimulante y hasta adictivo para embelesar al espectador y retener toda su atención.
La resolución de la película termina en una fina nota a un nivel artístico y poético, pero que deja un poco confuso con respecto a la lógica interna del mundo ficcional que se nos ha brindado. No por ello, ni otros detalles menores, restan la redondez en una película fresca, dinámica y atractiva de principio a fin como lo es de Daniela Forever.
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