CRÍTICAS de ESTRENOS: ANSELM
CRÍTICAS de ESTRENOS: ANSELM
"Wim Wenders profundiza en la psique de Anselm Kiefer y su arte, creando un documental que combina la belleza visual y la carga emocional de sus obras con una reflexión sobre la memoria histórica, el peso del pasado y la esperanza del recuerdo"
Escrito por: Javier Fernández
Título Original: Anselm (Das Rauschen Der Zeit) AKA: Le Bruit Du Temps, Anselm Kiefer
Duración: 93 minutos
Dirección: Wim Wenders
Reparto: Película Documental
Fotografía: Franz Lustig
Música: Leonard Küßner
Género: Documental
Distribuidora en Cines: A Contracorriente Films
Fecha de Estreno en Cines: 13 de Diciembre de 2024
SINOPSIS
En Anselm, Wim Wenders crea un retrato de Anselm Kiefer, uno de los pintores y escultores más innovadores e importantes de nuestro tiempo. Filmada en 3D y resolución 6K, la película ofrece una experiencia cinematográfica de la obra del artista, que explora la existencia humana y la naturaleza cíclica de la historia, inspirándose en la literatura, la poesía, la filosofía, la ciencia, la mitología y la religión. Durante más de dos años, Wenders siguió el camino de Kiefer desde su Alemania natal hasta su actual hogar en Francia, conectando las etapas de su vida con los lugares esenciales de su carrera, que abarca más de cinco décadas.
OPINIÓN
Escrito por: Javier Fernández
Wenders, siempre Wenders. Si existía alguien capaz de condensar semejante amalgama de sentimientos en imágenes, tenía que ser él. La nueva obra del realizador alemán nos traslada a lo más profundo de la psique de Anselm Kiefer, el famoso pintor y escultor, donde sus obras se erigen imponentes ante nuestros pies en su propio reino de luces y sombras.
La sobriedad con la que el director trata el trabajo de Kiefer es arrolladora, pero también evoca un intimidante sentimiento de cercanía que envuelve al espectador y evita el distanciamiento con la obra. Quizá sea el efectivo uso del travelling, que permite al espectador recorrer las silenciosas calles de esta urbe que el artista usa como taller para llevar a cabo su proceso creativo. O quizá sea la forma que tiene Wenders de capturar el momento y encerrarlo, haciendo de cada plano una obra de arte en sí misma. Lo que es seguro es que nadie queda exento de la carga emocional que transmiten las imágenes.
Imágenes que nos recuerdan la barbarie del nazismo y que, mientras se alternan diferentes momentos de la vida y obra de Kiefer con imágenes de archivo, piden a gritos que las veamos. El pasado existe, sí, y no son necesarias las palabras para traerlo de vuelta. Resulta cautivador poder asistir al espectáculo de la creación de impresionantes obras, pero también duele pisar por encima de las huellas del pasado. Unas huellas que el tiempo ha borrado, pero que el arte se ha encargado de conservar. El artista es consciente de que no se puede retratar un campo por el que pasaron tanques sin más; que hace falta ir más allá y hacer reaccionar a un mundo que ha hecho todo lo posible por mirar para otro lado, cayendo una y otra vez en los mismos errores que encendieron la llama en tiempos pasados.
Kiefer ha creado su propio museo del horror, dando a conocer la cruda realidad de la época más oscura de la humanidad. Lo ha hecho como Wenders, delimitando el caos por un rectángulo y disponiendo, en un escenario, figuras con nombre propio que han sido olvidadas por unos e ignoradas por otros. Especial mención a las grandes desconocidas, las mujeres de la guerra, cuyas prendas forman parte de una obra a la que el artista ha dedicado, con gran esmero, una parte importante de su vida. Además, el director ha sabido retratarlas de manera astuta con susurros, permitiendo acercarnos a ellas y recordándonos quiénes son los verdaderos culpables de que no podamos ver sus rostros.
En el documental se reflexiona acerca de la insoportable levedad del ser, cómo nuestro paso por el mundo es efímero y lo desgarrador que resulta para aquellos que se quedan. Pero también se habla del recuerdo, de cómo mantener vivos a aquellos que cayeron. No todo es tristeza en Anselm; también hay esperanza.
Esperanza por saber que aquellos que cayeron lo hicieron porque tenían alas, como bien queda recalcado en el documental, y porque, cuando nuestras obras ardan, emanará de ellas algo de luz que nos permitirá ver. No miréis únicamente al futuro; hay todo un pasado que merece nuestra atención. Y recordad, pues es la única forma de evitar que ese pasado muera.
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