CRÍTICAS de ESTRENOS: HOW TO HAVE SEX
CRÍTICAS de ESTRENOS: HOW TO HAVE SEX
"... aborda una realidad que, por desgracia, es mucho más común de lo que la gente podría llegar a pensar... busca ser un retrato de la crudeza con la que se llevan a cabo los abusos"
Escrito por: Javier Fernández
Título Original: How to have sex
Duración: 91 minutos
Dirección: Molly Manning Walker
Guion: Molly Manning Walker
Reparto: Mia McKenna-Bruce, Samuel Bottomley, Lara Peake, Enva Lewis, Daisy Jelley, Eilidh Loan, Shaun Thomas
Fotografía: Nicolas Canniccioni
Música: James Jacob
Género: Drama
Distribuidora: Avalon
Fecha de Estreno en Cines: 15 de Marzo de 2024
SINOPSIS
Tres adolescentes británicas se van de vacaciones para celebrar sus ritos de iniciación: beber, salir de fiesta y ligar, en lo que debería ser el mejor verano de sus vidas.
OPINION
Escrito por: Javier Fernández
Siempre me ha fascinado la dualidad con la que se desarrolla una etapa vital tan importante como lo es la adolescencia. Para algunos, los mejores años de su vida y un gran repertorio de momentos y experiencias inolvidables; para otros, un infierno que, por desgracia, también viene acompañado de momentos y experiencias que no pueden olvidarse con tanta facilidad.
Es curioso cómo el clásico relato adolescente sobre un viaje con amigas puede convertirse en una historia de puro terror. Una historia que comienza mostrando el despertar sexual de nuestra protagonista, Tara, la cual se encuentra, al igual que muchas otras chicas de su edad, sometida bajo los designios e imposiciones de una sociedad que castiga la virginidad con burlas y etiquetas, haciendo de este controvertido concepto una pesada carga de la que los jóvenes intentan deshacerse cuanto antes. Bajo esta premisa, los personajes se ven envueltos en una espiral de fiestas, alcohol y descontrol, haciendo de cada mañana una experiencia confusa y desagradable que nosotros, como espectadores, podemos llegar incluso a sentir en nuestras propias carnes gracias las acertadas decisiones de guion y diseño de producción que nos ofrece Molly Manning Walker, haciendo de su debut en la dirección de largometrajes un viaje lleno de emociones encontradas. Es en uno de estos incómodos despertares en los que el grupo se da cuenta de que algo no va bien. ¿Qué pasó anoche? Y lo que es más importante, ¿dónde está Tara?
La película aborda una realidad que, por desgracia, es mucho más común de lo que la gente podría llegar a pensar. Para ello, se sirve de un elenco de actores jóvenes que dotan al relato de una mayor verosimilitud, consiguiendo involucrar hasta al espectador menos impresionable. Si bien es cierto que, en ocasiones, peca un poco de buscar ese efectismo propio de los dramas juveniles que trata de desafiar al espectador, considero que acaba siendo una decisión bastante inteligente que, más que ser un mero intento de escandalizar, busca ser un retrato de la crudeza con la que se llevan a cabo los abusos de este tipo.
En cuanto al apartado técnico, destacaría el aspecto sonoro y su forma de crear silencios ensordecedores entre tanta música y jóvenes disfrutando de la fiesta, haciendo eco del sentimiento de soledad y desrealización que experimenta nuestra protagonista mientras se mezcla entre la multitud. En el caso de la fotografía, esta parece apostar por transmitir emociones más que proporcionarnos una experiencia estética. El uso de primeros planos para acercarnos a los personajes, los planos cerrados para transmitir agobio, la búsqueda de astutos encuadres que nos permiten ver lo justo e imaginar el resto y un tratamiento del color muy atractivo que se combina de manera magistral con la sobresaliente iluminación de cada escena, hacen del visionado una experiencia fresca y gratificante.
A pesar de que la historia pierda un poco de fuerza en su tramo final, es capaz de mantener al espectador sufriendo constantemente por una protagonista que, en el fondo, está viviendo una realidad completamente diferente a la que viven sus amigas. Quizá, el hecho de que la directora opte por hacernos partícipes del horror de sus personajes y, al mismo tiempo, nos muestre la cara más despreocupada de la situación, es una analogía al aspecto más caótico de lo que puede llegar a ser la adolescencia. Es posible, incluso, que la resolución de este relato trate de emular la resolución de muchas de las situaciones reales en las que se produce sexo sin consentimiento. Son muchas las lecturas que sugiere la obra y sería necesaria una reflexión más profunda para abordar todas ellas. No obstante, lo que sí os puedo asegurar es que la película va a jugar con vosotros, a remover sensaciones en vuestro interior y proporcionaros una buena dosis de tensión que os mantendrá pegados a vuestro asiento esperando el desenlace de esta historia.
Es una ardua tarea reunir una crítica social, un estremecedor relato sobre las implicaciones de hacerse mayor, el retrato de una dolorosa realidad para muchas personas y lograr convertir esa mezcla en una producción cinematográfica accesible para el público. Pero, si hablamos de logros, resulta imperativo mencionar una de las características más importantes del filme: su afán por transmitir.
Porque transmitir no es algo que pueda hacer cualquiera. No se trata de mandar un simple mensaje, sino de narrar, evocar sensaciones, romper el silencio y dar visibilidad a una realidad que no vemos a simple vista, pero que está ahí, ante nuestros propios ojos. Me entristece la idea de que exista gente carente de humanidad, capaces de arrebatar algo tan valioso a los demás y luego mirar a otro lado como si nada hubiese pasado, como si fuera algo normal, como si sus historias no merecieran ser contadas. Pero lo merecen, y esta película es la prueba de ello. Escuchemos, pues, su historia, sus historias.
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