CRÍTICAS de ESTRENOS: GAUA
CRÍTICAS de ESTRENOS: GAUA
"viaje oscuro y fascinante al corazón del folk horror vasco que deslumbra por su atmósfera, aunque tropieza entre mitos, simbolismos y un caos narrativo tan hermoso como inquietante"
Escrito por: Shayndell Roncal
Título Original: Gaua
Duración: 87 minutos
Dirección: Paul Urkijo Alijo
Guion: Paul Urkijo Alijo
Reparto: Yune Nogueiras, Elena Irureta, Ane Gabaraín, Iñake Irastorza, Xabi López, Erika Olaizola, Manex Fuchs, Elena Uriz
Fotografía: Gorka Gómez Andreu
Música: Maite Arroitajauregi, Aránzazu Calleja
Género: Terror fantástico / Folk Horror
Distribuidora en Cines: Filmax
Fecha de Estreno en Cines: 14 de Noviembre de 2025
SINOPSIS
Montañas vascas, siglo XVII. En plena caza de brujas, Kattalin huye de su marido, abandonando el caserío en mitad de la noche. Perdida en la negrura del bosque, siente una presencia que la persigue. En su camino, se topa con tres mujeres que, mientras lavan la ropa junto al río, comparten cuentos de miedo y habladurías del pueblo. Para su asombro, Kattalin acabará convirtiéndose en parte de esas mismas historias.
OPINIÓN
"el folk horror vasco que te atrapa... y a ratos te suelta"
Escrito por: Shayndell Roncal
Paul Urkijo Alijo vuelve a jugar con la mitología y el terror —como ya hizo en Errementari (2017) e Irati (2022)— y lo hace a lo grande: Gaua aspira a ser la gran representante del folk horror en clave vasca. El resultado es hipnótico por momentos, imperfecto en otros, pero nunca indiferente.
Desde el primer fotograma la película seduce: puesta en escena impecable, atmósfera que te envuelve y un diseño de vestuario que respira autenticidad. No hace falta una superproducción millonaria para transmitir verdad; aquí, la austeridad artística funciona como una ventaja. Urkijo establece un universo visual y sonoro que te mete en el bosque y no te deja salir con facilidad.
La trama arranca con un gesto extremo: tras envenenar a su marido, Kattalin (Yune Nogueiras) se pierde en las montañas de Euskal Herria, buscando escapar de su pasado. En su huida tropieza con tres mujeres —posibles brujas— que cuentan relatos de horror que, sorprendentemente, tocan la fibra de su propia historia y la del pueblo. Ese duelo entre la intimidad y el imaginario colectivo funciona como columna vertebral del filme.
Ahora bien: Gaua no es una cinta sin fallos. En su ambición por mezclar tiempos, símbolos y tonos, a veces se traiciona. La inclusión de anacronismos culturales junto a elementos de época genera un ruido tonal que descoloca; lo que podría haber sido una inmersión constante en el relato se rompe en ciertos pasajes. Además, temas potentes —la represión, la opresión patriarcal, la sombra de la Inquisición— aparecen más como ecos sugerentes que como amenazas plenamente construidas dentro de la narración. Esperas sentir el peso de la autoridad, la amenaza palpable del sistema, pero en varias escenas esa presencia queda difusa, cuestionada o incluso ridiculizada antes de desarrollarse.
Pese a eso, negar su fuerza sería injusto. Gaua es, sin duda, la obra más sombría y ambiciosa de Urkijo hasta la fecha: una inmersión en las raíces del paganismo, en mitos que hacen crujir la realidad y en la oscuridad de lo rural. La narrativa fragmentada, lejos de ser un capricho estético, sirve para tejer una red donde coexisten la miseria, la superstición y la vigilancia inquisitorial con pasiones humanas profundas: amor, deseo de libertad, culpa y resistencia. Lo que podría haberse quedado en un ejercicio de terror folclórico se transforma en una reflexión sobre cómo la colectividad hace frente al miedo impuesto.
En definitiva, Gaua es una experiencia desigual pero potente: fascinante en su sonido y en su imagen, a ratos confusa en su pulso narrativo. Si buscas una película que te hable desde las raíces —con todas sus contradicciones y sombras— Urkijo te ofrece una propuesta que merece ser vista, discutida y debatida alrededor de una fogata. Porque al final, más que un film perfecto, Gaua es un latido oscuro que pide ser escuchado.



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